En los brazos de su madre, un pobre rifeño murió, y creyendo en que dormía le cantaba el arrorró.

5/9/08


Réplica a "Arrorró... que viene la reina mora"... y los canariones.

Sin ánimo de entrar en polémicas estériles, quisiera hacer una réplica al artículo de Jonay Acosta titulado "Arrorró… que viene la reina mora"… y los canariones. Si bien comparto muchas de las argumentaciones de dicho artículo, hay algunas afirmaciones con las que discrepo profundamente.

Es cierto que desde los medios de comunicación se nos ha inculcado siempre el “miedo al moro”, miedo que ha calado muy hondo en la sociedad. Esta es, quizás, la xenofobia que más fuerte ha arraigado, quizás gracias al integrismo católico que tantos años padecimos, y que ni la utilización de mercenarios norteafricanos por los fascistas en la Guerra Civil (bajo ordenes de los mismos mandos militares que mandaban masacrar a la población rifeña) pudo acabar con todos los tópicos infundados sobre las poblaciones del África noroccidental. Ahora bien, también es cierto que el Estado Marroquí, desde que se constituyó, se ha mostrado como un estado imperialista y arabocentrista, siendo los saharauis y los imazighen los primeros perjudicados, y siendo además el Estado Marroquí el principal aliado del imperialismo de EEUU en la zona.

Afirmaciones como la existencia de una libertad de prensa en Marruecos o un nivel de democracia formal equiparable a otras democracias burguesas como la del Estado Español, resultan muy difíciles de creer. En cuanto al freno que supone el reino alahuita al integrismo islámico, Jonay Acosta no parece ir a la raíz de este último problema: es el imperialismo occidental, el mismo que abortó los intentos laicos del mal llamado “mundo árabe”, el que ha estimulado el surgimiento de tales movimientos integristas, como reacción ultranacionalista a una agresión. Mientras tanto, estados como el marroquí o el árabe-saudí sirven de juego a dicho imperialismo occidental comandado por EEUU (aunque el papel del Estado Francés y, últimamente del Estado Español, con ZP a la cabeza, en los territorios bajo dominio marroquí, no son tampoco desdeñables). Claro está que, hoy por hoy, el Estado Marroquí no supone un peligro de ningún tipo, las empresas españolas están empezando a jugar a un nuevo neocolonialismo en dichos territorios con el beneplácito de Mohamed VI, y con la participación en el reparto del pastel de las oligarquías canarias.

El supuesto respeto de la monarquía de Mohamed VI hacia la población amazigh en realidad está teñido con tintes hipócritas e interesados. Lo que interesa sobre todo es crear un movimiento mazighista moderado y domesticado que frente a otros movimientos mazighistas más críticos y contestatarios. La dictadura alahuita siempre persiguió la cultura amazigh, e intentó crear un artificioso estado culturalmente homogéneo. Pero sobre todo, mi mayor discrepancia con respecto al artículo son los ataques al pueblo saharaui. Puede que en los últimos años el Frente Polisario haya podido cometer errores, pero que recaiga sobre ellos el calificativo de “fundamentalistas árabes” es una exageración que más bien parece sacada de la propaganda de quienes se apropiaron de las siglas del FREPIC-AWAÑAC. El pueblo canario no puede abandonar ahora al pueblo saharaui y plegarse a los intereses de la dictadura marroquí y las burguesías canaria y española.

No, no es el miedo al moro lo que impulsa mi artículo, es justo lo contrario: la solidaridad con el moro, y la solidaridad con nuestros hermanos de ahí enfrente que padecen una feroz dictadura que cuenta con el beneplácito de EEUU, la burguesía española, ZP e, inexplicablemente, algunos independentistas canarios.
Dailos González Díaz